La gaviota de Audouin

 Hablemos un poco de la gaviota de Audouin

La gaviota de Audouin, gaviota corsa o gaviota de pico rojo (Ichthiaetus audouinii) es una gaviota rara, descubierta para la ciencia por Charles Payraudeau, en 1826. Sería más correcto referirse a ella como la “gaviota de Payraudeau”, pero como también es un apellido bastante difícil de pronunciar, tampoco ganaríamos mucho ... Charles Payraudeau, afrontó el proyecto de inventariar la fauna mundial, y en su visita a la isla de Córcega, se encontró con esta gaviota, desconocida para la ciencia. Al escoger un nombre para la especie, le cedió el protagonismo a un colega, también investigador francés, Jean Víctor Audouin que, anecdóticamente, ha pasado a la historia de la ciencia como entomólogo y no como ornitólogo.

 La gaviota de Audouin está incluida en la familia de los láridos, como también ocurre con las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis). Esta última es la más común en nuestra ciudad, y con ella comparte algunas semejanzas y presenta muchas diferencias. Tienen un aspecto similar, siendo la primera algo más pequeña y esbelta. Destaca el color del pico, que es predominantemente rojo rubí en las gaviotas de Audouin adultas y amarillo en las patiamarillas. En cuanto al color de las patas, es grisáceo en las primeras y amarillo en la fase adulta de las segundas (de negro a rosado en los individuos inmaduros), el dorso es de un gris ligeramente más pálido en las gaviotas de Audouin.

Las grandes diferencias las encontramos en su forma de vida, mostrando, en la época de cría, un comportamiento mucho más colonial nuestras protagonistas, con una jerarquización y territorialidad muy acentuados, que llevan hasta las últimas consecuencias; por lo que responden muy mal a la invasión de sus territorios. Este tipo de comportamiento nos debería llevar a plantearnos limitar, en la medida de lo posible, las actuaciones en sus colonias de cría, hasta llegar al mínimo imprescindible. En este sentido, hay bastante margen de mejora.

Su vida social es muy intensa, con una gran abundancia de gestos rituales y comunicaciones orales; de hecho, lo primero que llama la atención cuando nos acercamos a una de sus colonias es el concierto continuado, y a muchas voces, de sus sonidos tan peculiares. Son muy ruidosas. Cuando se trabaja varias horas con ellas, el oído siente un gran alivio al terminar la jornada. También destacan por ser unas excelentes pescadoras, habiéndose especializado en la pesca crepuscular y nocturna.

En lo referente a su estatus de conservación, está catalogada como vulnerable en el Libro Rojo de las Aves de España, en la Lista Roja Mundial y en la Lista Roja Europea. Su principal problema reside en la poca extensión de su distribución, reuniendose un porcentaje muy elevado de las áreas de cría en un espacio reducido (Más del 90% se reproduce en el litoral de la Península Ibérica). Su población ha descendido dramáticamente en los últimos años, y muy especialmente en nuestro país. Además, cuentan con grandes colonias que contienen a la mayoría de su población reproductora. Con este tipo de distribución, la especie se hace muy vulnerable ante cualquier incidente grave que suceda en el entorno de su espacio vital.

Breves referencias históricas

  • Esta gaviota pasó por mucho tiempo olvidada, principalmente por su escasez, y también por su preferencia a escoger islotes y acantilados de difícil acceso para ubicar sus colonias de cría. Habrá que esperar hasta la segunda mitad del siglo XX para tener nuevamente noticias suyas, gracias a la expansión que experimentaron por el Mediterráneo occidental.
  • El siguiente gran acontecimiento sucedió en 1966, cuando Brosset y Olier encontraron una gran colonia en las islas Chafarinas.
  • En 1968-69 se realizó el primer censo mundial de la especie, contabilizaron entre 800-1000 individuos. Muy probablemente aún no se conocía el paradero de muchas de sus colonias, por lo que este número no debió reflejar la realidad de la situación de sus poblaciones.
  • El siguiente gran acontecimiento para las gaviotas de Audouin sucedió en 1981, cuando se instalaron por primera vez en el Delta del Ebro, formando la mayor colonia conocida hasta la fecha, e incrementando de forma espectacular su población mundial. Los primeros anillamientos científicos con anillas de PVC, de lectura a distancia, se hicieron en 1989, lo que ayudó mucho a conocer sus desplazamientos.
  • Desde 1993, la Universidad de Barcelona es pionera en el estudio y seguimiento de la especie, aportando muchos medios económicos, técnicos y humanos.
  • En la actualidad es una de las aves marinas más estudiadas en el mundo.

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