Datos biológicos de la temporada 2022

 

 

En la temporada 2022 se ha mantenido la baja productividad de la colonia. Después de analizar con detenimiento las posibles causas de estos malos resultados, una vez más, no hay ninguna duda de que la principal causa vuelve a ser una fuerte presión ejercida por las actividades humanas en el entorno y en la misma superficie del área de cría. Resulta especialmente relevante, que en una zona con una baja incidencia de depredadores, de los 304 huevos estimados para esta temporada, solo hayan tenido éxito reproductor unos 115 (37'8% del total). Si comparamos este dato con el 90'9% de pollos, que tras ser anillados, emprendieron su primer vuelo, es fácil sacar la conclusión de que están pasando demasiadas cosas negativas para la productividad de la colonia, durante el corto periodo de tiempo que transcurre entre la eclosión y los 15 días siguientes.

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También llama la atención el bajo promedio observado en el tamaño de las puestas, tan solo un 2'17 huevos/nido, incluso algo inferior al que tuvo la temporada anterior (2'20 huevos/nido), y eso que sabemos que el año anterior se produjeron varias incursiones en el territorio de cría para robar huevos (observados desde el mar por algunas embarcaciones de recreo). Para conocer el tamaño de las puestas, tenía planificado hacer uso de un dron, con un único vuelo de 2-3 minutos, realizando un barrido, a baja altura, sobre toda la zona de cría, pensaba hacer un muestreo de casi la totalidad de las puestas. La actividad fracasó porque no conseguí los permisos necesarios para utilizarlo, teniendo que recurrir al procedimiento que ya utilicé en la temporada anterior. En esta ocasión, la muestra conseguida fue deficiente, como suponía que podría utilizar el dron para esta actividad, la fecha resultó tardía para hacerlo por observación directa, solo conseguí información del tamaño de las puestas de 18 nidos; escasa, pero mejor que no tener nada.

Con respecto a la fecha en la que la colonia subió al acantilado, en esta temporada, tras un primer intento fallido el día 8 de abril, como consecuencia de las malas condiciones meteorológicas (temporal fuerte de levante), el segundo y definitivo intento se produjo el día 15 del mismo mes.
Por primera vez, el periodo de asincronía de la colonia (distancia temporal entre las primeras y últimas puestas del primer ciclo reproductor), fue tan solo de unos 16 días, en lugar de los 30 días que pudieron observarse en todas las temporadas anteriores. Este dato acerca a la colonia a una situación de madurez y estabilidad. Se empieza a manifestar una buena adaptación al medio. Esta noticia es relevante y positiva.
El número de nidos lo he contabilizado por observación directa, en la pantalla del ordenador, ampliando, hasta la resolución natural, las panorámicas que realicé en cada jornada de seguimiento de la colonia desde el mar. Como el mapeado de la colonia dejaba a la vista la gran mayoría de los nidos (entre un 90% con la vegetación fresca y el 93% a principios de mayo), solo he tenido que aplicar una corrección, poco significativa, para estimar los nidos que quedaban tapados por la vegetación y el relieve del terreno. Teniendo en cuenta que este problema también existe cuando se entra a contar puestas en las colonias con algo de vegetación, el conteo de nidos tiene, cuando menos, el mismo nivel de precisión que el realizado sobre el terreno.
Con respecto a las puestas de sustitución, en esta temporada han sido escasas, tan solo 14 nidos de segundo intento reproductor. En Ceuta suelen tener una muy baja productividad, pues la gran mayoría suelen fracasar. En esta ocasión la causa responsable del abandono fue una ola de calor, que hizo imposible la permanencia en los acantilados tras el mediodía.
El censo de los pollos lo he realizado, como en las temporadas anteriores, por conteo indirecto; aprovechando que los juveniles que alcanzan la capacidad para volar, bajan a refrescarse y a socializarse a las rocas de la playa, cercanas a la orilla. Como han sido anillados 44 pollos (casi la mitad de los supervivientes), he podido aplicar criterios de proporcionalidad para llegar a resultados muy precisos. En esta temporada he empleado una fórmula de "tercera generación", que como las que diseñé en las temporadas anteriores, son una variante de la la ecuación de Petersen-Lincoln, utilizada en el método de captura-recaptura. Cualquier intento de contarlos directamente en la colonia, arrojará resultados de muy baja precisión, en cuanto hay matorrales bajos en la superficie de cría, apenas se llega a ver al 50% de los pollos existentes; aunque se haga a distancia, porque la mayoría de los pollos se mantienen más tiempo escondidos entre la vegetación que a la vista. En algunos momentos del día lo hacen para refugiarse de la radiación solar, pero también suelen esconderse mientras descansan o ven el más mínimo peligro. Por la coloración de su plumaje y al mantenerse muy estáticos, resulta muy difícil dar con ellos, aunque se pase cerca de su refugio.
Por último, hay que destacar, que gracias a que hemos realizado una campaña intensiva de lectura de anillas, podemos presentar un interesante dato de la tasa de supervivencia de la especie: Al comenzar el 4º año de vida (generación del 2018), se mantienen con vida, al menos, el 71'15% de las gaviotas de nuestra colonia.



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